Vivimos atrapados en una ciudad donde la movilidad urbana está completamente invertida. En Santo Domingo, la pirámide de la movilidad debería priorizar al peatón, seguido del transporte público masivo, el transporte de carga y, finalmente, los vehículos privados. Sin embargo, en nuestra ciudad sucede todo lo contrario. La realidad cotidiana de los capitaleños es pasar
Vivimos atrapados en una ciudad donde la movilidad urbana está completamente invertida. En Santo Domingo, la pirámide de la movilidad debería priorizar al peatón, seguido del transporte público masivo, el transporte de carga y, finalmente, los vehículos privados. Sin embargo, en nuestra ciudad sucede todo lo contrario. La realidad cotidiana de los capitaleños es pasar largas horas en tapones, donde la frustración, el estrés y el agotamiento son los verdaderos protagonistas.
En términos económicos, los atascos de 2023 han alcanzado un costo estimado de más de 300 millones de dólares anuales. Estos costos se reflejan en varios aspectos:
• Pérdida de Productividad: Gran parte de ese monto proviene de las horas de trabajo perdidas mientras los ciudadanos están atrapados en el tráfico, incapaces de llegar a tiempo a sus empleos o compromisos productivos.
• Consumo Excesivo de Combustible: El arranque y parada constantes incrementan los gastos de los conductores.
• Impacto en la Salud: La exposición prolongada al tráfico contribuye al estrés y la ansiedad, lo que genera costos adicionales para el sistema de salud.
• Tiempo Perdido: Horas irrecuperables que afectan la calidad de vida de los capitaleños.
El problema no es solo económico. La congestión también afecta nuestra salud mental. Ver a conductores alterados tocando bocina sin cesar es una escena diaria en nuestras calles, como si con eso pudieran hacer desaparecer el tapón. Si no caminamos por lugares como el Parque Mirador Sur o el Jardín Botánico, nuestra única interacción con la ciudad es desde la frustración, atrapados en un vehículo.
El Ruido: Un Problema Constante
Además de los tapones, el ruido es otro factor que afecta nuestra calidad de vida. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido en zonas urbanas no debe superar los 55 decibeles durante el día y 40 por la noche. Sin embargo, en muchas áreas de Santo Domingo, los niveles superan los 75 decibeles, lo que genera estrés, problemas de sueño y posibles daños auditivos.
¿Qué Podemos Hacer para Mejorar?
Para solucionar estos problemas, necesitamos priorizar al peatón. Las aceras deben estar en condiciones adecuadas, bien iluminadas y con seguridad, para que caminar sea una opción viable. A su vez, debemos fortalecer el transporte público masivo, aumentando las rutas y mejorando la frecuencia de los autobuses y del metro. Un sistema de transporte eficiente reducirá significativamente los tiempos de desplazamiento, aliviando el tráfico en nuestras principales vías.
Además, es fundamental apoyar las iniciativas del sector público y privado para crear torres de parqueos, especialmente en el centro de la ciudad. Esto contribuirá a una mayor fluidez en las calles. Integrar el transporte de carga en la planificación urbana también mejorará la movilidad en general.
Otro paso clave sería desarrollar una aplicación para la ciudad que informe sobre las calles cerradas por eventos o construcciones, y que ofrezca información sobre parqueos públicos, privados y parqueos amistosos.
Con la ayuda de una app de la ciudad, los ciudadanos podrían ver en tiempo real el trayecto de los camiones de recogida de residuos, lo que permitiría hacer esta operación más eficiente y reducir la congestión en ciertas horas. En el futuro cercano, cuando se complete el nuevo relleno sanitario y los camiones estén debidamente iluminados, se podría implementar la recogida nocturna, evitando que estos vehículos circulen durante las horas pico.
Adicionalmente, es esencial escalonar los horarios de entrada y salida de las escuelas y colegios en el casco urbano. Por ejemplo, si algunos colegios comienzan a las 7:00, otros podrían hacerlo a las 7:20, 7:40 o 8:00, aplicando el mismo principio para la salida. Esto aliviaría significativamente el tráfico en las horas pico.
Ya por último, pero no menos importante, es necesario realizar una revisión completa del parque vehicular en nuestro país, considerando que la última inspección fue hace más de una década, en 2013. Propongo que, a partir de 2025, esta inspección se realice de la mano con las aseguradoras, bajo los estándares del Intrant. Esto implicaría que al renovar el seguro, cada compañía aseguradora deba llevar a cabo una evaluación exhaustiva del vehículo, revisando aspectos clave como la barra estabilizadora, los componentes de la suspensión, los niveles de contaminación y emisiones de gases, el sistema de frenos, las luces y señalización, los neumáticos, el sistema eléctrico, el aire acondicionado y el estado general de la carrocería, entre otros. El objetivo de esta inspección es ir retirando de circulación aquellos vehículos que ya no están en condiciones de transitar en República Dominicana. Según datos de la DGII en 2024, el 44% de los vehículos que circulan tienen más de 20 años, lo que refleja la urgencia de modernizar y mejorar la flota vehicular del país.
Un Compromiso con el Futuro
Abrazando estos proyectos, el gobierno central, el ayuntamiento y los ciudadanos podrán trabajar en conjunto para implementar políticas de movilidad sostenible. Solo con un enfoque coordinado podremos construir una ciudad más habitable, donde el tránsito no consuma nuestras vidas.
Como regidor, estoy comprometido a impulsar soluciones que mejoren la movilidad y creen espacios más seguros y accesibles para todos. Nuestra ciudad tiene el potencial de convertirse en una metrópolis moderna y eficiente, y no dejaremos de trabajar hasta lograrlo.
Nunca lo olviden: ¡Santo Domingo tiene con qué!
No se trata de ganar elecciones, se trata de ganarse el corazón de la gente.
Jorge Feliz Pacheco
El autor es regidor del Distrito Nacional.