Por Kimberly Taveras Duarte

En reiteradas ocasiones he hablado y escrito sobre la necesidad que tiene nuestro país de tener un marco regulatorio que establezca el cuidado como un derecho y que a su vez lo reconozca como un trabajo para el cuidador.

En mi propia experiencia trabajo todo el día y mi esposo Jheyson Garcia Castillo también, dejando nuestros hijos bajo un servicio de cuidado contratado, servicio que tiene un costo y que nosotros con los ingresos que tenemos podemos cubrir. Mi abuela también está bajo la supervisión de cuidadores expertos, que toda la familia financia con amor.

Imagínense ustedes qué pasaría si nosotros no tuviéramos los recursos para pagar los cuidados de nuestros 5 niños, nuestra abuelita, como no lo tienen el 48 % de las madres dominicanas en cuyos hogares hay menos de 18 años, un envejeciente mayor de 65 años, y el 10 % de dominicanos que vive con alguna discapacidad que necesita ser cuidado.

El 74 % de los cuidadores son mujeres, dejándolas sin tiempo para trabajar, estudiar o atenderse a sí misma. Volviendo a las mujeres dominicanas de escasos recursos, vulnerables y dependientes económicamente de un proveedor hombre que en un 35 % las maltrata física o psicológicamente.

Necesitamos que el cuidado sea regulado, reconocido y remunerado para todos los ancianos, niños, discapacitados que necesiten ser cuidados y esto solo será posible mediante una ley.

La Ley Nacional del Cuidado, la cual junto al senador Antonio Taveras Guzmán y su equipo de asesores estamos trabajando para introducir en ambos organismos.

Esperamos contar con el apoyo de cada uno de los dominicanos y dominicanas que quieren que esta ley se convierta en una realidad.